43 normalistas: a 9 años del acontecimiento, reconstruyen los hechos de la noche de Iguala

A nueve años de los hechos en Iguala, Guerrero, sigue sin conocerse a ciencia cierta qué pasó con los normalistas desaparecidos.

Nueve años después de la llamada Noche de Iguala, es necesaria una reconstrucción forense para comprender los hechos de esa noche.

43 Ayotzinapa normal
Cuatro horas de rodaje, de 21.20 a 21.00 horas. a 1:30 a.m. Siete ataques a civiles por parte de policías municipales y delincuentes. Cinco estaban en contra de los normalistas desarmados. En los dos primeros ataques, 43 estudiantes desaparecieron entre las 21:20 y las 22:30 horas.

El primer ataque
El primero fue en el centro de Iguala. A la salida de la estación de autobuses en la esquina de Galeana, Plaza de Iguala y calle Juan N. Álvarez Periférico Norte entre las 21:30 y las 22:15 el estudiante Aldo Gutiérrez Solano fue asesinado de un disparo en la cabeza. lo que lo mantiene en coma. De una de las tres camionetas (El Estrella de Oro 1568), la cual fue bloqueada por la patrulla y detenida por la policía, fueron sacados 23 estudiantes-desaparecidos.

Otro ataque
El segundo ataque se produjo en el territorio del Palacio de Justicia, en la camioneta Estrella de Oro 1531, entre las 21:40 y las 23:00 horas. Veinte estudiantes normales fueron arrestados y desaparecidos.

Con certeza conocemos los nombres de 21 personas que viajaron en el autobús 1568 y 14 en el autobús 1531; Otros ocho estudiantes normales, no se sabe en cuál de los dos camiones se encontraban.

Además del grupo criminal Guerreros Unidos, en los dos ataques participaron policías municipales de Iguala, Cocula, Huitzuko, policías estatales y otras empresas.

El tercer ataque

El tercero fue a las 11:30, a 12 kilómetros de distancia, en Santa Teresa, contra un autobús de Castro Tours que transportaba al equipo de fútbol Los Avispones de Chilpancingo. Pasó junto a otro autobús que disparó con normalidad y fue detenido por la policía federal. Tres personas murieron y varias resultaron heridas. Momentos después, la policía federal detuvo el quinto autobús a unos 100 metros del autobús frente al juzgado. Los jóvenes fueron obligados a salir, perseguidos y baleados durante varias horas mientras huían por la ciudad.

Cuarto y quinto ataques
En los distritos de Iguala se produjeron ataques policiales contra jóvenes:

El primero, Los Pajaritos.
Y en el barrio desde las 22.30 horas del 24 de febrero hasta las 12.30 horas del 27 de septiembre contra los que se escaparon del quinto autobús.

Cuatro autobuses fueron baleados y quedaron rastros de sangre. Quinto autobús asegurado incluso con la cooperación de la administración de Guerreros Unidos de Chicago, Illinois.
Lo llevaron a la comisaría e inexplicablemente le dieron un recorrido por una zona que estaba totalmente custodiada por las autoridades y el crimen organizado y acordonada con un operativo con candado.

El sexto ataque
El sexto ataque a balazos se produjo en la calle Juan N. Álvarez, cuando estudiantes sobrevivientes del primer ataque y otros de la Escuela Normal de Ayotzinapa brindaron una conferencia de prensa. Allí murieron los estudiantes Daniel Solís Gallardo y Julio César Ramírez Nava, el otro resultó gravemente herido en el rostro y varios más resultaron heridos.

La última persona vista con vida fue el estudiante Julio César Mondragón, cuyo cadáver fue encontrado al día siguiente torturado y desnudo.

El séptimo ataque
El séptimo ocurrió a 55 kilómetros de distancia en un retén en Mezcala por grupos del crimen organizado que dispararon e hirieron a policías estatales.

Todas las empresas sabían lo que pasó en Iguala

En su sexto y último informe, el panel multidisciplinar de expertos independientes constató que «todas las empresas sabían en tiempo real lo que pasó esa noche» y nadie intervino para proteger a los jóvenes ni controlar lo que les pasó.

Y que años después, «tanto los militares como otras empresas de seguridad ocultan hechos o, cuando es necesario, no actúan de acuerdo con la información disponible», impidiéndoles cumplir plenamente con sus responsabilidades. de Iguala.