Dos ONG señalaron que el crudo derramado por la fuga se encuentra en una superficie mínima aproximada de 390 km2.
A menos de una semana del incendio en la plataforma Akal-B de Petróleos Mexicanos (Pemex), donde murieron dos trabajadores frente a las costas de Campeche en el golfo de México, organizaciones ambientalistas no gubernamentales han denunciado un derrame de crudo en la zona que no ha sido reportado por la paraestatal123. Según Greenpeace México y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), imágenes satelitales han detectado presencia de hidrocarburo en el océano de esa región. Esta fuga de petróleo habría comenzado el pasado 22 de marzo y al menos hasta el martes 9 de abril seguía sumando 18 días de derrame continuo1.
Las organizaciones responsabilizan tanto a Pemex como a la Agencia de Seguridad Energía y Ambiente (ASEA) de los hechos y su mitigación. La ASEA es la autoridad encargada de garantizar la seguridad y la preservación ambiental en este tipo de operaciones1. Mediante un comunicado, se explicó que el crudo se encuentra en una superficie mínima aproximada de 390 km², área similar a la del derrame denunciado en julio de 20231. Las organizaciones reiteraron que, una vez más, se conoció de una fuga de petróleo tras un incidente en una plataforma de la petrolera mexicana, y no por parte de las autoridades. Por lo tanto, urgieron a Pemex a ofrecer información transparente, medidas de atención, mitigación y de no repetición sobre este tipo de hechos1.
La repetición de estos desastres subraya la inaplazable necesidad de abandonar la extracción y quema de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) en México. Además, se solicita información sobre la seguridad de los trabajadores, de las comunidades, el futuro de la petrolera y su responsabilidad frente a la crisis climática. El siniestro del 6 de abril no puede considerarse un mero accidente, sino que es una consecuencia inherente de un sistema que sacrifica la seguridad123.