El número de estos sitios donde se consumen drogas y se utilizan para cometer todo tipo de crímenes ha crecido en esa ciudad.
En la ciudad de León, Guanajuato, el fenómeno de las “panicuevas” o “casas de pánico” está en aumento. Estas viviendas abandonadas suelen ser lugares donde se consume drogas y donde los grupos criminales cometen diversos crímenes.
Para algunos, una casa de pánico es como la entrada al infierno: un espacio cargado de tristeza, frustración y muerte.
En estas casas, se encuentran papeles quemados, focos y personas involucradas en actividades sexuales. El término “casas de pánico” se refiere a construcciones abandonadas que son utilizadas por personas adictas para consumir y vender drogas.
Según el consultor de seguridad David Saucedo, en León existen alrededor de 60,000 casas en abandono, muchas de las cuales podrían convertirse en estos lugares problemáticos.
Además, se ha reportado que algunas de estas casas también se utilizan para perpetrar otros delitos de alto impacto, incluso como centros de tortura.
La situación es preocupante y requiere atención por parte de las autoridades para abordar la inseguridad y el uso indebido de estas viviendas abandonadas.