La salud en México se privatiza sin regulación ni fiscalización

Cada vez más personas en México recurren a la atención médica privada, un reflejo inevitable del aumento de los costos de bolsillo. El Coneval ya dio a conocer el asunto, el Inegi lo confirmó en diciembre, y la semana pasada también lo confirmaron los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) Continúa 2022 que realiza el Instituto de Salud Pública (INSP).

El INSP, que dirige Eduardo Lazcano Ponce, constató cómo aumentan los costos de salud familiar tanto en médicos privados como en consultorios contiguos a farmacias (CAF) y hospitales privados. Casi el 49% (48,8%) de la población dependía de asuntos privados para cuidar su salud, proporción superior al 43,4% registrado en la misma encuesta de 2018 al inicio de este sexenio. En otras palabras, el avance de las privatizaciones en esta administración es de más de 5 puntos porcentuales. Hoy en día, no hay duda de que esencialmente la mitad de los costos de atención médica son pagados por familias en casos privados, y esto sin duda refleja la privatización de la atención médica. Esto es contrario al objetivo de la actual administración, que ha prometido cubrir toda la salud con medicamentos gratuitos.

La realidad es que en lugar de progresar a la vista del público, hemos retrocedido en los últimos años. Muchos mexicanos optan por pagar su atención médica de su bolsillo y se hacen privados, incluso si les cuesta e incluso si son los beneficiarios, lo que genera duplicidad e ineficiencia, y ya sabemos que esto suele ser desastroso. gasta, es decir, empobrece. Pero aparte de eso, la demanda del sector privado se está dando de manera irracional y caótica por falta de claridad regulatoria. Y lo más triste es que este es un fenómeno muy injusto porque afecta a los de bajos ingresos.

El economista de la salud y exvicerrector Eduardo González-Pier presentó la evidencia en una presentación en el Congreso de la Asociación Nacional de Hospitales (SNHP) el viernes, con algunos gráficos que confirman la creciente participación del sector privado. Reveló que entre 2016 y 2020, el aumento catastrófico del gasto de los deciles de menores ingresos aumentó principalmente en el sector farmacéutico, y no tanto en el sector hospitalario, este último más por la falta de acceso.

Los participantes en el evento de la ANHP coincidieron en que las autoridades de salud pública deben colaborar con las instituciones privadas y que esto requiere acuerdos sobre tablas, paquetes y reglas claras.

Además, sabemos que el Consejo de Salubridad General publicará próximamente nuevas normas sobre certificación y acreditación de hospitales, sobre las cuales ya estamos informando. En medio de todo esto, es absurdo que haya una desconexión absoluta entre el suministro de medicamentos del gobierno y los medicamentos del sector privado que, en última instancia, son parte del sistema nacional de salud.

La infraestructura privada se expande naturalmente para adaptarse a su creciente base de clientes, y el establecimiento básicamente la ignoró como si no existiera. De hecho, no se mencionan los servicios de salud privados en el programa de salud 2020-2024. La 4T asumió que cubriría todo con el extinto Insab, y cuando desapareció el Seguro Popular dejó de depender de la subrogación, lo que permitió que hospitales, clínicas y laboratorios privados apoyaran a instituciones públicas como IMSS, ISSSTE, etc.

Curiosamente, hay países que no se han adherido al IMSS-Bienestar, como Jalisco y Nuevo León, que están considerando infraestructura privada y pensando en cómo unir esfuerzos. Este panel reveló, entre otros, los “Desafíos del Movimiento Hacia un Sistema Nacional Fortalecido”, que tuve la fortuna de moderar, en el que participaron Alma Rosa Marroquí, Ministra de Salud de Nuevo León; Fernando Petersen Aranguren, Ministro de Salud de Jalisco; Guillermo Torre Amione; Héctor Valle Mesto, titular de TecSalud y director general de Funsalud.

Esta semana es decisiva en el cambio de puesto en el INER. La última lista para convertirse en la nueva Directora General del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias es Carmen Margarita Hernández Cárdenas, de quien se dice es la candidata del Comisionado Coordinador del CCINSHE Gustavo Reyes-Terán, lo que significa que la elegirá la 4T; Uno de sus problemas es que fue el responsable del protocolo de tratamiento de pacientes graves de Covid19 con hidroxicloroquina, tan cuestionable en la medicina profesional. Justino Regalado Pineda es otro de los candidatos que sería el más respetado y apoyado por la comunidad investigadora del mencionado instituto, es considerado toda una institución del INER. Y Juan Carlos Vázquez García, que lidera el tema, es el tercero de la lista que puede ser elegido si no hay acuerdo entre los dos equipos.

En otras palabras, la historia de Inmegen podría repetirse donde finalmente se terminó en la forma de Salomón.