El Insabi desapareció ya de forma oficial. Ahora falta ver si IMSS-Bienestar puede con el paquete de dar atención a la población sin seguridad social.
Este lunes 29 de mayo se publicó en el diario oficial de Liito un decreto dando por terminado el Insabi. Esta es la muerte oficial de este instituto, aunque en realidad ya está muerto, pues a partir de marzo de 2022 se anunció que será reemplazado por el IMSS-Benestar, que ya comenzó a implementar cambios para atender a la población sin seguridad social en varios estados.
No hay un informe oficial de por qué fracasó el intento del Insab de tomar los servicios de salud en el sector, ya que el presidente Andrés Manuel López Obrador, los funcionarios dijeron que fue por la pandemia: empezó y no dejó que se consolidara.
Gustavo Leal Fernández, experto en políticas públicas y servicios de salud de la UAM Xochimilco, dice que aquí sí hay que tener en cuenta el impacto de la pandemia. “La reforma a la Ley General de Salud en 2019 (en la que entra el Insabi) casi coincide con el inicio del estado de emergencia y la industria cooperó para contenerlo, aunque pudiera continuar (obviamente sin seguridad social), en mayo de 2022 IMSS Bienestar dice que así lo hará”.
Más crítico al tema, David Sánchez Mejía, abogado especialista en derecho de la salud, dice que en realidad no había una estrategia clara para viabilizar el Insab, por lo que el reglamento tampoco podía proponer su modus operandi.
Sánchez Mejía señala que para que el Insab funcionara era necesario transformar por completo la ley general de salud. “Esto debería haberse hecho desde el momento en que el presidente dijo que quería construir un sistema de salud centralizado, pero en lugar de eso, la atención se centró en confirmar y cambiar nombres y nada más”.
Y estos cambios a la ley eran necesarios, el consejo especial para las notas de salud, porque estaba diseñado para transferir poderes a los estados y para desconcentrar y descentralizar servicios cuando la tarea principal era centralizar.
En ese sentido, lo que se acepta trae cierto orden. “No lo llamarán por su nombre, pero la esencia de la reforma es centralizar todo y obligar a las entidades federativas a transferir la mayor parte de sus servicios al IMSS Beneficencia”, dice Sánchez Mejía.
Lo que viene con IMSS-Bienestar
En este punto, vale aclarar que cuando hablamos del Programa de Bienestar del IMSS, no nos referimos al programa que lleva ese nombre, que desde 1973 se dedica a atender a la población sin seguridad social en zonas lejanas o cercanas. en las zonas marginadas, teniendo sobre todo la atención primaria de salud y la atención preventiva de la salud.
El Insab es reemplazado por un organismo público descentralizado (OPD) llamado Servicios de Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS-Bienestar), que también es algo completamente diferente al IMSS regular.
De acuerdo con su reglamento fundacional publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 31 de agosto de 2022, es un organismo público descentralizado de la administración pública federal, que no es sectorial, con personalidad jurídica y con recursos propios. y autonomía técnica, operativa y administrativa.
Tiene por objeto garantizar la atención médica integral gratuita y la hospitalización con medicamentos y otros insumos afines a las personas no vinculadas a las instituciones de seguridad social, con criterios de universalidad e igualdad, en condiciones que permitan un acceso y sin ninguna discriminación. . Es importante destacar que el IMSS-Bienstar brindará servicios de salud a las personas que no cuentan con seguridad social en aquellas comunidades con las que realizará convenios de coordinación para la transferencia de dichos servicios, tal como se hizo con el Insab en su momento.
Es decir, los estados quedan en libertad de afiliarse al IMSS Bienestar y transferir allí su infraestructura y personal de salud, o no afiliarse y seguir utilizando los servicios sin salir sin recibir los pagos federales correspondientes. a ellos por eso.
Dinero
Estados, Janet Oropeza, investigadora de Rendición de Cuentas de la Organización Fundar, explica que los estados siguen recibiendo recursos de, por ejemplo, las sucursales 33 y 12 y los que optan por transferir la gestión de salud al IMSS de Bienestar. deberá devolver el dinero al Fonde de Salud para el Bienestar, abriendo subcuentas para cada comunidad.
Según el investigador, no está muy claro cuál es el papel de los estados en el sector de la salud, si tendrán alguna responsabilidad en el futuro o no.
Hasta el momento, 24 estados han acordado transferir sus servicios al IMSS Bienestar, queda por ver qué pasará con los ocho restantes. El ministro de Salud de Guanajuato, Daniel Díaz, señala que este estado no se ha adherido al Insab y actualmente evalúa si es factible que se adhieran al IMSS-Bienestar. “Nosotros no estábamos con el Insab y recibimos los recursos del gremio en el momento adecuado (para gestionar los servicios de salud), eso siempre lo reconocimos y terminamos con dinero público y logramos muy buenas cifras en salud”. .
Por lo que agrega: “Veremos qué pasa después y si este proyecto de redirección de los servicios de salud es algo mejor. Discutiremos la decisión de fusión cuando tengamos más información, es muy importante conocer el nuevo modelo, las reglas de funcionamiento, que consistiría en la gestión de los bienes de los guanajuatenses de su sistema de salud.
Desafíos
El sistema de salud de México estaba muy fragmentado y experimentó muchas reformas. Ahora nos enfrentamos a una nueva propuesta para centralizar el servicio y ayudar a más pacientes, pero con los retos habituales de las barreras de acceso. población que vive en áreas remotas y también.
Roshel Jayasundera enfatiza aquí que es importante asegurarse de que las personas no pierdan el acceso a ciertos tratamientos. “Queremos consolidar y hacer más eficiente el uso del presupuesto, pero tenemos que asegurarnos de que toda la población reciba el tratamiento que ya recibió y quienes lo necesitan”.
En cuanto al presupuesto, Gustavo Leal Fernández destaca que ese es uno de los problemas que no será fácil de solucionar pronto. “El sector de la salud está desfinanciado estructuralmente, de hecho el sector ha estado desfinanciado durante 36 años de políticas neoliberales, y luego lo que se hizo poco a poco da la impresión de que fue como tirar una gota de agua sobre piedras calientes”.
Judith Senyasen Méndez, directora de investigación del Centro de Estudios Económicos y Fiscales (CIEP), calcula lo que ha pasado con el presupuesto en los últimos años para brindar servicios de salud a la población sin seguridad social. En total se destinaron a este sector 257 mil 746 millones de pesos en 2016, lo que corresponde a 1,28 litros del PBI, pero para 2023 se prevén 253 mil 409 millones de pesos, lo que corresponde a solo 0,81 litros del PBI.
“Este monto para el 2023 es aún menor a lo que trajo el Insab y no se habla de nuevas fuentes de financiamiento ni de aumento de presupuesto, que fue otro error que terminó por matar al Insab. Siguen apostando a que pueden atender a más personas y brindarles todos los servicios sin un presupuesto adecuado», enfatiza Senyasen Méndez.
El analista también señala que no se menciona por separado el tercer nivel de atención, y aunque se dijo que se ampliarán los servicios que se ofrecen a la población sin seguro social y se asemejarán al IMSS regular, “no vemos cómo les va a ir”. esto y con que recursos, si el mismo IMSS ofrece atención médica terciaria con todos esos problemas, falta de recetas surtidas, colas de atención muy largas y su gasto per cápita es el doble que el IMSS Bienestar, porque no vemos cómo lo pueden hacer él.»
El académico de la UAM Gustavo Leal señala que otro problema muy grande que hay que resolver si queremos dar una atención sanitaria universal que no cambie a las personas es la fragmentación sectorial. “Para atender los problemas de salud están el IMSS, ISSSTE, PEMEX, instituciones de salud de las Fuerzas Armadas, instituciones nacionales de salud, algunas grandísimas como Sonora Isssteson y toda esta red de salud muy integral. Por otro lado, ahora tenemos que cuidar a esta población sin seguridad social, por lo que los sectores también son un gran desafío en términos de fragmentación.